Se cumplen 102 años del fallecimiento del venerable D. José Gras y Granollers, que desde muy niño se entregó al Señor movido por el ideal de que Cristo fuese Rey en todas las dimensiones de la vida humana, empezando por los corazones.

En Granada, este apóstol del Reino de Cristo llegó a ser canónigo de la Abadía del Sacromonte y obtuvo su licencia en Teología en el Seminario San Cecilio. De esta diócesis D. José Grass hizo su lugar de residencia durante más de cincuenta años. Aquí continuó su legado, que se concretó mediante la fundación la Academia y Corte de Cristo, una sociedad para promover y propagar la devoción a Cristo Rey y a la Eucaristía.

La academia defendía la soberanía de Cristo a través de la pluma, dentro del contexto social del momento, y también de adoración organizando lo que se denominaban los “coros” o grupos de adoración eucarística. El primer Triduo de Adoración a Cristo Rey de la historia de la Iglesia se lleva a cabo, por mediación del padre Grass, en la Iglesia de la Magdalena.

LAS HIJAS DE CRISTO REY

De la Academia y Corte de Cristo nace un grupo de mujeres con esta vocación por el reinado de Cristo. Una albuñolense de entonces, Inés de Jesús Rodríguez, llevará a cabo la fundación del Instituto de las Hijas de Cristo Rey.

Este instituto sigue ocupándose de niños con dificultades económicas y familiares en las dos escuelas hogar que tiene en Albuñol y Huétor Tajar. “El padre Gras verdaderamente era un hombre de ayer para hoy”, cuenta la superiora de las Hijas de Cristo Rey en Albuñol, la madre Beatriz. “Decía que la educación era una segunda creación y que llegar al niño era llegar a la familia, y llegar a la sociedad, de modo que todo el mundo lo pudiera proclamar como el rey de su corazón”.

Las Hijas de Cristo Rey cuidan de estos niños de lunes a viernes, haciéndoles saber tanto a ellos como a sus familias que no están solos. ”Es eso, que los niños sientan que hay alguien que los está acompañando, que está caminando con ellos, de forma cercana, y de alguna manera hacerles sentir la presencia de Jesús en sus vidas”, dice la madre Beatriz.

MOVIMIENTO APOSTÓLICO CRISTO REY

El carisma vivido por el Padre Gras a través de los años continua a través del movimiento apostólico Cristo Rey, fundado en 1992, y que sigue compartiendo el mismo carisma y misión que su fundador.

“Nuestro campo de acción empieza sobre la misión evangelizadora a través de grupos de animación a la fe en parroquias, sobre todo adorando la Eucaristía, y mediante la reparación, que era un concepto muy del padre Gras, que consiste en devolverle la dignidad al hombre que la ha perdido”, explica el actual director del movimiento, Alberto Castro.

En este movimiento los laicos, animadores de la fe, se acompañan para seguir el ideal del fundador de que Cristo reinase sobre todas las cosas, a través del testimonio de su propia vida. “Mucha gente no leerá el evangelio más que en nuestra propia vida. Nosotros podemos hacer apostolado social colaborando con Cáritas o con alguna parroquia, pero al final se trata de llevar un estilo de vida que muestre el Evangelio por nuestra forma de ser en el mundo, que se vea que Jesucristo reina a través de nosotros”, dice Castro.

Así sigue vivo el legado de este hombre de Dios declarado venerable por Juan Pablo II en 1994, cuya Casa Museo puede visitarse en el barrio del Albaicín y que basó el empeño de su vida en que Cristo fuese reconocido como Rey. Siete años después de su muerte, en 1925, se publicó la encíclica Quas Primas de Pío XI, que estableció la festividad de Cristo Rey.

Este día del aniversario de su fundador estaba previsto que comenzase el campamento de verano para jóvenes organizado por el movimiento apostólico, pero ha debido de ser suspendido por la pandemia. Mientras tanto, las Hijas de Cristo Rey celebrarán este martes 7 la Eucaristía en Albuñol a las 20 horas en la Iglesia de San Patricio.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación
Arzobispado de Granada