Fecha de publicación: 26 de mayo de 2017

La iglesia parroquial de San Andrés Apóstol, una de las más antiguas de Granada que data de 1521, comienza una nueva etapa con la reapertura del templo tras 18 años cerrada, hasta que han podido acometerse algunos trabajos de restauración. Eso significa una vuelta a la vida cristiana entorno al templo donde nació la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz, que regresa así a su sede en un espacio habilitado en la casa del coadjutor, anexa a la iglesia, para desarrollar sus jornadas de formación, reuniones y, en definitiva, vida de hermandad, así como sus cultos y eucaristías del primer domingo del mes.

Ese regreso, posible tras una primera fase de los trabajos llevados a cabo gracias a la implicación de la Cofradía, la propia parroquia y el Arzobispado, se celebrará por todo lo alto con la Eucaristía de acción de gracias, que tiene lugar el domingo 28, Solemnidad de la Ascensión del Señor. La Santa Misa estará presidida por los Titulares de la Cofradía –Jesús en la Entrada de Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz- y será oficiada por el Arzobispo Mons. Javier Martínez y el consiliario de la Cofradía D. Francisco Lorca.

La celebración alcanzará el entorno de la calle Elvira, ya que ese día tañerán las campanas –como hicieran la pasada Semana Santa al paso de las Sagradas imágenes de la Cofradía por la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol- como expresión de júbilo y agradecimiento a Dios por esta reapertura. Una reapertura para los que la Cofradía ha esperado 18 años mientras peregrinaba de un lugar a otro hasta poder volver a su sede. Además, según informó la Cofradía, la iglesia dedicará ese domingo por la tarde una jornada de puertas abiertas, para que pueda ser visitada por cuantas personas deseen.

Aún queda mucho trabajo para alcanzar la recuperación completa de la iglesia de San Andrés. Pero es una restauración en la que el pueblo cristiano de Granada puede ser protagonista y partícipe contribuyendo así en la conservación de nuestro patrimonio, especialmente de parroquias como San Andrés, que se vieron obligadas a ser cerradas al culto, y con el esfuerzo de la comunidad cristiana pueden recuperar su esplendor y lugar de encuentro eclesial y de comunión.

Paqui Pallarés