Ezequiel 28, 1-10
Salmo: Dt 32, 26-28. 30. 35-36

Mateo 19, 23-30

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos”. Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: “Entonces, ¿quién puede salvarse?”. Jesús se les quedó mirando y les dijo: “Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo”.

Entonces dijo Pedro a Jesús: “Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?”. Jesús les dijo: “En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna”.

Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos primeros.