Fecha de publicación: 12 de febrero de 2019

El Nuncio Apostólico en Irak y Jordania, Mons. Alberto Ortega, ha agradecido a los granadinos sus aportaciones en la Eucaristía de los domingos en la S.I Catedral, destinadas a ayudar a los refugiados de las guerras y conflictos en Oriente Medio, a través de dicha Representación Pontificia en Irak y Jordania.

Los donativos de los fieles granadinos en la Catedral en los dos últimos años ascienden a 25.600 dólares, de los cuales 7.000 dólares se han utilizado para ayudar a pagar las medicinas y gastos médicos de un dispensario gestionado por las religiosas caldeas Hijas del Sagrado Corazón en un barrio pobre de Bagdad.

Con otros 4.100 dólares se han sufragado los gastos de una residencia para ancianas y minusválidos gestionada por dos laicas consagradas (Casa Betania), que viven de la providencia. Un total de 4.000 dólares es para familias cristianas refugiadas en un campo de Bagdad. Hasta allí, en el contexto de las fiestas navideñas, se desplazó el Nuncio Mons. Ortega para celebrar un día la Misa y hacer entrega a todas las familias de un paquete de alimentos, así como de una suma para las familias más necesitadas. También, en este contexto navideño, el Nuncio Apostólico en Irak y Jordania ha destinado 5.000 dólares para colaborar con las actividades de la Comisión episcopal para la catequesis, con el deseo de ayudar a la formación cristiana de los niños y los jóvenes.

Asimismo, con sus aportaciones, los granadinos han favorecido que las Misioneras de la Caridad que están en Bagdad reciban 3.000 dólares, para continuar con su misión con niños discapacitados y abandonados. Por su parte, las “Petit Soeurs”, que trabajan con los pobres en Ankawa (Erbil), han recibido 1.000 euros y el Seminario patriarcal caldeo, ubicado también en Ankawa, han recibido otros 1.500 dólares.

“Les agradezco de nuevo su ayuda y este gesto precioso de cercanía y de amor por los cristianos y por las personas necesitadas de esta Región. Que Dios les siga bendiciendo y acompañando”, concluye su carta Mons. Alberto Ortega dirigida a la Diócesis, a través de nuestro pastor D. Javier Martínez.