Fecha de publicación: 7 de octubre de 2016

El CES “La Inmaculada” alberga el Centro de Magisterio “La Inmaculada” y recientemente se ha incorporado el Centro de Oposiciones y el Centro de Formación Profesional, que a su vez ofrece grados medios y superiores de Educación Infantil, Gastronomía y Hostelería y Nutrición.

El curso académico se inauguró ayer por la tarde con la presencia de los profesores y alumnos del Centro. El Arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, celebró la Eucaristía en la capilla del Centro, y estuvo concelebrada por el capellán D. Ildefonso Fernández-Fígares y el sacerdote madrileño D. Jose Luis Almarza, ponente de la charla que se ofreció tras la Misa.

En su homilía, D. Javier Martínez animaba a todos los alumnos y profesores del Centro a vivir la fe en el CES “La Inmaculada”: “Lo bello de este lugar es que da la posibilidad de comunicar esa sabiduría que es la sabiduría de la Iglesia, que la vida es para eso, y que no tiene otro significado ni otro sentido que eso. Y que la vida es para eso nos lo ha revelado el Señor, y la fuerza de poder empezar todos los días a querernos un poco más y un poco mejor, o si queréis, un poco mejor y un poco más, pues nos la da también el Señor”.

Escuchar homilía

El Cine como recurso pedagógico

Tras la celebración eucarística, tuvo lugar la conferencia del sacerdote D. Jose Luis Almarza Sánchez, cinéfilo experto y profesor de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid.

Aunque la charla llevaba como título: “El Cine, en el siglo XXI: un gran recurso pedagógico”, el sacerdote renombró su ponencia como “Mi cine: Una cierta mirada, una mirada cierta” y expuso a los alumnos y profesores cómo es su mirada hacia el cine.

El crítico y experto en cine trató diferentes aspectos del cine: el pedagógico, la crítica, el cine como escuela de valores en la familia y en las escuelas y citó diferentes películas y escenas como ejemplos.

D. Jose Luis Almarza proyectó varias escenas de varias películas: Con la escena de “Tarzán” expuso la importancia del contacto físico y el descubrimiento del otro con el término “morfología”, también proyectó una escena de la clásica “La Strada”, de Fellini, en la que se apoyó para explicar la soledad y las “arrugas del alma” que padece uno de los personaje, apodado por Almarza como el “hombre de acero”, y que finalmente también él llora y se derrumba ante los demás, señaló el experto en cine.