Fecha de publicación: 29 de junio de 2014

El pasado sábado, día 28 de junio, 26 personas internas en la cárcel de Albolote recibieron el Sacramento de la Confirmación de manos del Arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez. En la celebración estuvieron presentes el Delegado de Pastoral Penitenciaria de la Archidiócesis, Sorín Catrinescu, y los capellanes D. Javier Evelio, trinitario, y Dª María Victoria Romero, que ha sido la encargada de dar las catequesis a los confirmandos. Junto a ellos estuvieron sus padrinos, que eran también internos de la cárcel y voluntarios de la Pastoral Penitenciaria.

Mons. Martínez, que fue muy cercano y cariñoso con los internos en todo momento, les animó y les dijo que la iglesia no los abandonaba, que estará siempre con ellos y que Dios los quiere a pesar de todo. Respecto al Sacramento de la Confirmación, les indicó que no es un compromiso moral sino una ayuda y un regalo que Dios nos hace. Asimismo, D. Javier Martínez les explicó los gestos de unción e imposición de manos, ante los que los confirmandos mostraron una gran emoción: “Fue un acto muy emotivo, la mayoría de los que se confirmaban acabaron llorando”, señala el Delegado Sorín Catrinescu.

Al finalizar la celebración, momento también muy emotivo por los abrazos y las muestras de agradecimiento que tuvieron los internos hacia sus catequistas y a Mons. Martínez, algunos de los que se habían confirmado regalaron al Arzobispo un cuadro de la Virgen María con el niño Jesús que ellos mismos habían pintado.

Un paso muy importante

Sorín Catrinescu explica que “ha sido un paso muy importante para ellos, ver con qué ilusión y emoción se han confirmado”, ya que muchos de los internos de Albolote se han encontrado con Jesucristo en la cárcel. Es el caso de dos marroquíes que se han bautizado y han recibido la Primera Comunión hace un mes, junto a tres personas más. También hay dos matrimonios que se han podido confirmar juntos.

Entre las 26 personas que han dado este paso, hay algunos casos también en los que los internos han pedido retrasar su salida de prisión, al haber cumplido la pena impuesta, para poderse confirmar junto a sus compañeros, celebración que llevaban un año preparando. Entre ellos se encuentran muchos jóvenes que han querido acercarse al Señor, también con renuncias importantes, como la de un chico, que durante todo el año de la preparación renunció a la metadona para poder acudir los sábados a las catequesis en la cárcel.