Fecha de publicación: 17 de febrero de 2017

Desde el pasado mes de octubre, D. Pedro Díez-Antoñanzas es el rector del Santuario de Torreciudad. Es sacerdote del Opus Dei, nacido en Zaragoza, licenciado en Filosofía y Letras, Historia medieval, y doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra. Aunque se licenció en la Universidad Autónoma de Barcelona, comenzó la carrera en Granada, donde vivió dos años.

Fue profesor en varios colegios de Fomento en España, se ordenó como diácono en Torreciudad y como sacerdote en Roma en 1994. Ha desarrollado su ministerio sacerdotal en Zaragoza, Praga y Madrid, casi siempre vinculado a tareas de formación de la juventud, y ha sido capellán en varios colegios y asociaciones juveniles.

Nuevo rector del Santuario

D. Pedro reconoce que cuando le nombraron rector del Santuario, se “asustó” un poco, porque nunca había estado al frente de una parroquia o templo. Pero asegura que la Virgen le dio paz: “En el momento en el que llegué a Torreciudad, la Virgen me dio paz, me dio tranquilidad. También descubrí que hace falta ser muy inútil para que eso se hunda, porque efectivamente Torreciudad es un sitio que más que rector tiene rectora, y la Virgen hace que ahí ocurran cosas, que eso funcione, que venga gente, las conversiones… que mucha gente descubra muchas cosas, descubra su vocación, que las familias se unan”.

El rector pone las intenciones de los visitantes a los pies de la Virgen: “Mi misión fundamental es rezar por las cosas que me piden que rece. Allí viene gente, te cuentan su historia, sus problemas… te piden que lo reces. A veces me escriben emails o a la página web del Santuario y me pasan esa intención. Y la verdad es que dedico cada mañana, un tiempillo, cada vez más largo, a sentarme delante de la Virgen antes de que se abra el Santuario y leerle todas las historias que me han pedido que rece, que cada vez son más.

D. Pedro Díez-Antoñanzas tiene claro cuál es su principal misión en el Santuario: “Me parece que ese es mi trabajo más importante, recibir y acoger a la gente, intentar acercarles más a la Virgen. A través de nuestra acogida y a través de nuestra Palabra, hacerles descubrir esa misericordia que Dios manifiesta a través de su Madre y en los lugares marianos de una manera especial”.

Virgen de Torreciudad

La devoción a la Virgen de Torreciudad es anterior a la construcción del Santuario. El Somontano, esa zona del Pirineo, fue durante muchos decenios frontera entre los musulmanes y los cristianos, y la Virgen de Torreciudad “fue una de esas imágenes que fue escondida porque esa zona fue ocupada, luego se recuperó esa zona, para que nadie le hiciera nada, y en un momento dado, la encontraron”, explica el rector. “Hay documentos del año 1084 de que se está haciendo ya ahí o existe ya ahí una ermita”. Por eso, hace relativamente poco, en 1984, se celebraron los 900 años.

San Josemaría Escrivá quiso dedicar el Santuario a la Virgen a Torreciudad en agradecimiento de su curación. Cuando tenía 2 años, estuvo a punto de morir por una epidemia y su madre le pidió a la Virgen de Torreciudad que se curara. Fue milagroso, ya que muchos niños de la zona murieron, también el hijo del médico que le atendió.

Sus padres viajaron hasta la ermita para agradecerle a la Virgen esta curación y ofrecerle a san Josemaría. Para llegar hasta allí, recorrieron 15 kilómetros a caballo, ya que en esa época no había carreteras en aquella zona.

D. Pedro narra que en los años 60, san Josemaría tuvo esa emoción de hacer algo grande por la Virgen y a finales de los 50 empezó a pensar en eso. Buscó información, visitó la ermita, pensó que se podía hacer allí. Y más, a finales de los 60, que fue un momento convulso para la Iglesia después del Concilio, “quiso hacer algo grande y sonoro para la Virgen, porque en muchos sitios se estaba como enfriando la devoción a la Virgen, la piedad…”, detalla el sacerdote.

200.000 peregrinos en 2016

Según los datos de la página web del Santuario, 200.000 personas visitaron Torreciudad en el año 2016.

El pasado mes de septiembre, alrededor de 200 personas de Granada peregrinaron al Santuario para participar en las XXVI Jornadas Marianas de la Familia. Estas jornadas son una fiesta para las familias, y en las que se que invita a vivir una intensa experiencia de fe y devoción mariana que, de forma muy natural, se transmite de padres a hijos y favorece su educación.

Además de los peregrinos procedentes de muchos países del mundo que visitan el Santuario, los vecinos y lugareños de la zona también tienen devoción a la Virgen de Torreciudad y muchos acostumbran a ir a la Misa dominical: “La gente de la zona que viene aquí a ofrece a sus niños, la gente del pueblo de alrededor que habitualmente viene a Misa el domingo al santuario, y en muchas ocasiones, me ha sorprendido también que hay mucha gente de Lérida. Una tarde, un domingo… Mucha gente que acostumbra a venir a confesarse a Torreciudad”.

Piedad popular

D. Pedro Díez-Antoñanzas piensa que los santuarios son un sitio clave para la Evangelización con todas las personas, en la línea de lo que el Papa Francisco enseña sobre la piedad popular: “Un santuario es un lugar donde cualquiera se puede encontrar con Cristo. No solo grandes intelectuales, o gente con una formación cristiana más elaborada, sino todos, toda persona, cualquiera”.

El rector asegura que “el amor a la Virgen no lo manifiestan solo los poetas, ni solo los teólogos, ni solo los grandes actos y grandes escritos, san Bernardo, tal… sino cualquiera, si hay un lugar, una imagen de la Virgen, que por voluntad divina se ha hecho especialmente popular como aquí en Granada, las Angustias, cualquiera tiene acceso a la Madre, y por tanto, también al Padre, y lo puede manifestar libremente según su capacidad y su sensibilidad”.

Invitación a los granadinos

En Torreciudad hay una tradición, que es llevar en peregrinación imágenes de la Virgen de especial devoción en diversos lugares. D. Pedro Díez- Antoñanzas invita a las familias granadinas a conocer el Santuario de Torreciudad: “A mí lo que más me gustaría es que fueran un montón de granadinos a llevar la imagen de la Virgen de las Angustias solemnemente a Torreciudad, donde será recibida con todos los honores”.

El Rector también señala la importancia del Santuario para rezar por las familias: “La Virgen de Torreciudad ayuda especialmente a las familias y todo lo que tiene que ver con la familia, la preparación al matrimonio, el matrimonio, los momentos buenos, los malos, la enfermedad, el dolor… Pienso que es un lugar precioso para ir y poner tus cosas, tu familia, tus amores a los pies de la Virgen”.

Rosa Die Alcolea