Fecha de publicación: 2 de marzo de 2020

1. Saludos, recuerdos y agradecimientos

Saludo fraternalmente a los señores cardenales, arzobispos y obispos, miembros de la Conferencia Episcopal Española. Desde aquí, saludo cordialmente a los obispos eméritos, que hoy no pueden acompañarnos. Muestro mi gratitud a cuantos trabajan en la Conferencia Episcopal, sin cuya colaboración leal y competente no sería posible el cumplimiento de sus tareas pastorales. Manifiesto mi respeto y afecto a cuantos cubren la información de esta Asamblea y a los que conectan con nosotros por su mediación. A todos los aquí presentes doy la bienvenida. (…)

2. El don de la vocación presbiteral

El Plan de formación sacerdotal. Normas y orientaciones para la Iglesia en España fue aprobado, con satisfacción compartida, por la CIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, reunida entre los días 1 y 5 de abril de 2019, y posteriormente recibió la recognitio de la Congregación para el Clero y los Seminarios, mediante decreto de 28 de noviembre de 2019.

Este Plan, que aplica a nuestras diócesis la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis del 8 de diciembre de 2016, subraya la importancia de la pastoral vocacional para el sacerdocio ministerial, indispensable para la vida de la Iglesia. No queremos conformarnos con administrar la escasez; deseamos ser cauce de nuevas vocaciones a las que el Señor continúa invitando. Insiste en el cuidado del discernimiento y acompañamiento, en la formación inicial y permanente, en la salud humana y espiritual de los seminaristas y los sacerdotes, en la situación eclesial y social tan exigente que vivimos. El carácter comunitario y el sentido misionero del ministerio del futuro sacerdote impregnan todo el ca- mino de la formación del candidato en el don de sí mismo al Señor y a la Iglesia para el servicio de la humanidad, que es el contenido esencial de la caridad pastoral. La notable dimensión del documento facilita la asimilación de sus con- tenidos ricos y adecuados.

Dentro de pocos días celebraremos en nuestras diócesis el Día del Seminario, que este año, en sintonía con el nuevo Plan de formación sacerdotal, lleva como lema «Pastores misioneros». La dimensión misionera y evangelizadora caracterizó ya al Concilio Vaticano II, que los papas han recordado y promovido. El papa Francisco, desde el comienzo de su ministerio como obispo de Roma y sucesor de Pedro, la ha señalado como norte y faro de la Iglesia en nuestro tiempo. Acuñó la expresión «Iglesia en salida» (cf. Jn 16, 28), que ha hecho fortuna. Un signo de este dinamismo evangelizador es el reciente «Congreso de Laicos. Pueblo de Dios en salida», que ha tenido lugar en Madrid entre los días 14 y 16 de febrero. Confiamos en el Señor que la generalizada satisfacción y la alegría compartida durante esos inolvidables días se traduzca también en celo apostólico y vocacional.

La Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis se titula El don de la vocación presbiteral, que pone de relieve el carácter gratuito de la vocación al ministerio sacerdotal. No somos espontáneos, sino llamados y enviados por el Señor. La penuria vocacional, que desde hace tiempo padecemos, nos impulsa a reconocer más aún cada día que toda vocación es un regalo por el que debemos diariamente pedir a Dios, que debemos recibir con gratitud, y que debe ser cultivado, acompañado y vivido como un tesoro.

Estamos convencidos de que este Plan de formación sacerdotal será una ayuda preciosa para formadores, seminaristas, así como para la Iglesia en su conjunto.

3. Pueblo de Dios en salida. Congreso de Laicos

En el Plan Pastoral 2016-2020 de la Conferencia Episcopal Española se expresaba la conveniencia e incluso la necesidad de llevar a cabo al final de los cinco años un Congreso Nacional de Evangelización, al que se convocaría a todo el Pueblo de Dios: obispos, presbíteros, consagrados y laicos. Pues bien, con satisfacción generalizada, este Congreso ha tenido lugar en Madrid entre los días 14 y 16 de febrero, con dos mil participantes en un ambiente gozoso y alentador.

La Conferencia Episcopal Española encomendó la organización del Congreso a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, que lo ha realizado excelentemente. Fue planteado desde sus inicios, hace año y medio, como un proceso sinodal, del cual ha sido relevante el diálogo en las diócesis, movimientos y asociaciones, y no como un acontecimiento puntual. El diálogo, que es inherente a la sinodalidad, interviniendo las personas con libertad y escuchando con respeto, buscando todos los caminos de la evangelización en nuestro tiempo y en nuestro pueblo, ha sido la tónica dominante. El estilo de la comunicación ha unido bellamente la transmisión de los contenidos y la forma atractiva de expresarlos.

La reflexión en los grupos, con introducciones y experiencias, ha girado en torno a cuatro núcleos fundamentales para la evangelización: el primer anuncio, el acompañamiento, los procesos formativos y la presencia en la vida pública. Son cuatro itinerarios que se han venido diseñando en la fase precongresual, que han ocupado el centro en los trabajos del Congreso y que confiamos proseguir convertidos ya en acción en la fase post-congresual. Hemos podido constatar con sorpresa la riqueza y vitalidad que, en medio de la fragilidad, existe en nuestra Iglesia.

«Pueblo de Dios en salida» es pueblo enviado por el Señor. Todos, compartiendo la misma fe y disponibilidad apostólica, hemos experimentado el gozo de la fraternidad de laicos, consagrados, presbíteros y obispos. Etapas anteriores marcadas por acentos reivindicativos y de pretensiones difíciles de conjugar han pasado ya; la experiencia de la debilidad nos ha hecho a todos más conscientes de la necesidad recíproca. (…)

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