Fecha de publicación: 7 de febrero de 2019

Manos Unidas, que este año cumple 60 años de trabajo en países en vías de desarrollo, dedica en 2019 su Campaña anual contra el hambre a la mujer, con el lema “La mujer del siglo XXI, ni independiente, ni segura, ni con voz”. En la Diócesis de Granada, con motivo de esta Campaña la entidad católica de cooperación internacional recorre esta semana colegios, parroquias y distintos grupos para informar de los proyectos que está llevando a cabo.

Para ello, cuenta con la colaboración del misionero invitado este año en nuestra diócesis. Se trata del padre Tomás García Martín-Moreno, un joven sacerdote misionero de la Orden de la Merced, que actualmente se encuentra en la comunidad mercedaria de “Santa María de la Merced” en Santo Domingo, realizando trabajos pastorales, sociales y de formación.

Natural de Ciudad Real, y que se marchó hace diez años a República Dominicana para vivir allí su vocación misionera, el padre Tomás García Martín-Moreno destaca de esta Campaña que se dedique a la mujer, quien especialmente se encuentra vulnerada y en situaciones de discriminación. “En República Dominicana es un reto la igualdad, los derechos y, como muy bien va trabajando Manos Unidas, que se conviertan esos derechos en hechos”, afirmó en una entrevista al Secretariado de Medios de Comunicación Social.

PROYECTOS EN GRANADA
Los fondos obtenidos en esta Campaña en Granada van destinados a una serie de proyectos de cooperación internacional, en países de América Latina, como República Dominicana, Perú, México y Colombia, así como en países de otras latitudes como en distintas regiones de India y en Palestina.

Los fondos proceden de las aportaciones voluntarias entregadas en esta Campaña procedentes de parroquias de la ciudad y de pueblos, de iglesias no parroquiales y congregaciones, colegios y empresas, además de asumir la propia Delegación de Manos Unidas Granada la financiación de parte de los proyectos.

Con dichas aportaciones de los granadinos, se otorga una mejora de la seguridad alimentaria en la frontera dominico-haitiana y se construyen canalizaciones y pozos de agua, entre otras cosas. También los niños, donde en estos países sufren la esclavitud del trabajo infantil, se destinan los fondos para educar a los niños a jugar y convivir, especialmente quienes proceden de entornos de violencia, como en el caso de Palestina; y se invierte en la mejora de la educación y medios de vida de los niños implicados en el trabajo infantil, como en el caso de la India. En los proyectos destinados a Granada también se ayuda, por ejemplo, a la mejora y acceso al mercado de producción agroecológica en Perú.

Paqui Pallarés
Directora Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada