Hasta el día anterior de su fallecimiento, a sus 87 años, celebró la Eucaristía en la parroquia de la Chana como ha hecho durante los últimos 30 años.

D. José nació el 25 de septiembre de 1929 en Alhama de Granada y fue ordenado sacerdote el 14 de junio de 1953.

En sus primeros años como sacerdote, fue coadjutor de la parroquia de Santa María la Mayor en Padul y estuvo en diferentes pueblos de Alpujarra granadina: Cojáyar, Jorairatar y Yátor, así como en Arenas del Rey, en Loja t en Salar.

Asimismo, el sacerdote granadino fue arcipreste del Colegio de Arciprestes- Instituciones Diocesanas desde 1972 a 1995.

José Viciana fue encargado y párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes durante 6 años, hasta 1987, que se hizo colaborador de la parroquia de Santa Micaela.

Sencillez y cercanía

El testimonio de Wenceslao Gómez Ortega, ex ministro extraordinario de la Comunión en la parroquia de Santa Micaela, asegura que era una persona sencilla y cercana: “La sencillez y cercanía de José ha traspasado los umbrales de cualquier signo de vanidad de vanidades, con humilde vocación de servicio, siempre con una mirada limpia y un corazón cercano a los demás más desde la vivencia y la radiación de una luminosidad especial y no tanto desde la palabra doctrinal ni dogmática, con su profunda humanidad (templo de Dios) y aparente fragilidad, insuflando la fuerza de Espíritu que en él hace de puente. Con él aprendí que la fe se vive y se transmite en buenas obras y educación, no se explica porque distorsiona la Palabra, es un motor dinamizador de la propia vida del que no es ajeno el no creyente, a todos nos incluye y está lejos de la imposición, exclusión y arrogancia del poder distorsionador. La fe es la razón de la vida para el cristiano, la razón es la fe que mueve a todos los hombres, sin ella no hay vida”.