Fecha de publicación: 31 de marzo de 2015

Los poderosos de este mundo se imponen a sus súbditos y los grandes de este mundo los oprimen. ‘No sea así entre vosotros’ -dijiste Señor-. El que quiera ser el primero de todos que se ponga el último, y el que quiera ser el más grande de todos que se haga el servidor de los demás’.

Señor, no sólo nos enseñaste. Con tu propia vida mostraste que no hay poder más grande de la libertad que el de darse a uno mismo; que no hay grandeza mayor que la de entregarse por la vida de los otros; que no hay nada que pueda suponer tanta dignidad como el gastarse para que los otros vivan.

Que tu Pasión, Señor, nos enseñe algo del poder del perdón, de la grandeza de darse, de la primacía del servicio.

Padrenuestro
Que estás en el Cielo
Santificado sea tu Nombre
Venga a nosotros tu Reina
Hágase tu Voluntad
En la tierra como en el Cielo
Danos hoy nuestro pan de cada día
Perdona nuestras ofensas
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
Y líbranos del mal.
Amén.

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada

31 de marzo de 2015
Plaza de las Pasiegas