Este viernes 15 de noviembre tendrá lugar la clausura de esta exposición que se inauguró precisamente durante el mes de septiembre, mes de la Virgen de las Angustias, y en paralelo al día de la exaltación de la Santa Cruz.

Si Armenia es el primer país haber reconocido el cristianismo como religión oficial del reino, lo fue también en buena medida por el parto de sangre que sufrió después de una dura persecución hacia el comienzo del siglo IV. Desde entonces el país ha hecho gala de una tradición de pueblo sometido a una sucesiva ocupación bajo distintos imperios, hasta alcanzar el terrible genocidio armenio que en 1915 acabó con la vida de un millón y medio de cristianos.

Aram Vartanov, exhibiendo su obra por primera vez en junto a su madre Lara Vartanyan, ha resaltado en esta pequeña muestra dos de los elementos más particulares de la tradición cristiana armenia como son la cruz y la figura de María.

LA CRUZ GLORIOSA ARMENIA

Los armenios grabaron sobre piedra con solemne belleza el símbolo de la cruz a lo largo de los siglos, especialmente en la época de renacimiento que tuvo lugar a partir de la liberación árabe del s. IX. Es lo que la tradición armenia denomina como jachkares y que pueden encontrarse por miles a lo largo de todo este país de la Europa oriental. Como dijo el propio Arzobispo de Granada, D. Javier Martínez, en el acto de inauguración de la exposición, “la cruz es el signo de la invencible fuerza del mundo armenio, de su capacidad de resistencia”.

Esta cruz ornamentada grabada sobre piedra, símbolo de la resurrección y de la vida nueva, es la que ha inspirado el talento de Lara Vartanyan, madre del artista armenio, a diseñar con collages de flores secas estos jachkares originales que ha recogido la muestra. Unas cruces florales que se sobreponen a veces también sobre pinturas elaboradas por el propio Aram, dándole más significado al título de la muestra, “Madre e Hijo”.

La historia dolorosa del cristianismo armenio ha estado amparada también por el famoso Libro de las Lamentaciones de San Gregorio de Narek, a quien el Papa Francisco declaró en 2015 Doctor de la Iglesia, y que también cubre de fondo varias de las obras que, elaboradas en carboncillo y pan de oro, cuelgan de las paredes de esta exposición.

LA VIRGEN DE LAS TUBEROSAS

Junto a la cruz, la cultura armenia tiene una especial devoción a la Virgen María. La exposición acerca algunos de los misterios que celebra particularmente la Iglesia armenia sobre la Madre de Dios, como el relacionado con el Cinturón de la Virgen María, al que la tradición cristiana armenia dedica un día festivo hacia finales del mes de agosto y que ha sido representado por Lara Vartanyan en uno de sus collages.

Igualmente conocido es el relato, procedente de los evangelios apócrifos y de ciertos textos hagiográficos de los primeros siglos, que habla de la corona de tuberosas que el arcángel Gabriel le puso a la Madre de Dios en una de las veces que ella iba a orar a la tumba de su Hijo, años después de su muerte y resurrección, como una señal de su gloriosa coronación como Madre de todo lo Creado.

Toda esta tradición de fe se aúna de fondo en esta exposición que han protagonizado esas imágenes elaboradas en grafito y pan de oro en las Vartanov alterna, por un lado, imágenes de iconos de la Virgen y el Niño Jesús, con esbozos de escenas de la vida pública de Jesús.

En un estilo único, que se nutre de las influencias del arte icónico armenio y del Renacimiento italiano, Vartanov es capaz de mostrar la esencia del misterio de la fe reflejada con sencillez en cada rostro y gesto de cada una de las escenas que componen la muestra.

Antes del próximo viernes todo aquel que lo desee puede aprovechar la ocasión de acudor esta exposición en su horario habitual fijado de 10 a 14:30 horas de la tarde, con apertura añadida el jueves por la tarde de 19 de 21 horas.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada