Fecha de publicación: 7 de noviembre de 2012

 

 

 

 

 

El pasado lunes, 5 de noviembre, se celebró la convivencia sacerdotal en memoria de los mártires de la Iglesia granadina, en la parroquia de Válor, con la participación del Arzobispo, Mons. Javier Martínez, con motivo de la conmemoración que la Iglesia hace el día 6 de noviembre de los mártires de la persecución religiosa en España en la década de los años 30.

Durante la jornada, el sacerdote D. Santiago Hoces ofreció una presentación sobre los mártires de Válor, Facundo Fernández, Juan Moreno y Gregorio Martos, tres sacerdotes martirizados en la Sierra de Granada.

La convivencia concluyó con la Eucaristía que nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, celebró con los sacerdotes y los fieles presentes.

D. Santiago Hoces hizo una breve semblanza de cada uno de los mártires y habló del período de martirio en la Alpujarra en 1936, relacionándolo con la rebelión de los moriscos, que aconteció en Granada en el año 1568.

Mártires de Válor
Estos tres mártires sufrieron la persecución y el martirio en pueblos de la Diócesis de Granada, que actualmente pertenecen a la Diócesis de Almería, por lo que ahora la causa de beatificación se está tramitando en Almería.

Por un lado, D. Facundo Fernández nació en Válor y ejerció de párroco en Darrícal y Lucainena, donde fue amenazado y perseguido, por lo que regresó a su pueblo natal. Escondido en la sierra de Válor lo descubrieron y lo condujeron a Berja, donde lo fusilaron en el cementerio.

Del mismo modo murió el sacerdote D. Juan Moreno, nacido también en el pueblo alpujarrejo, Válor. Él ejerció su ministerio en las parroquias de Láujar y Benínar, y tras volver a Válor por las amenazas de muerte, lo apresaron en la cárcel de Ugíjar, y desde allí, lo llevaron a Berja, donde lo mataron junto a otros sacerdotes.

Por otro lado, D. Gregorio Martos, vivió en Válor desde los cuatro años de edad, pero nació en Córdoba, Argentina. Este sacerdote fue párroco de El Egido, pueblo que antes pertencía a la Diócesis de Granada y ahora a la de Almería. Estando en la parroquia de El Egido sufrió la persecución contra la Iglesia y lo aprisionaron y lo condujeron a la cárcel de Dalías primero, y más adelante a la Berja. Por último, lo llevaron a la Albufera de Adra, donde lo mataron.