Fecha de publicación: 4 de noviembre de 2019

Con gozo acogía el pasado 31 de octubre la comunidad parroquial de San Juan María Vianney el Sacramento del Bautismo de dos jóvenes, que junto a otros ocho jóvenes también recibieron después el Sacramento de la Confirmación.

Presidida por Mons. Javier Martínez, y concelebrada por los párrocos D. José Antonio Cantos y D. Francisco Javier Espigares, con 12 y 15 años respectivamente, Lucía y David, ambos hermanos, recibieron el Sacramento del Bautismo, ataviados con vestiduras blancas, y después, junto a otros ocho jóvenes el Sacramento de la Confirmación.

David, estudiante de cuarto de la ESO procedente del Colegio Juan XXIII, en el Zaidín, decidió seguir la invitación de su profesor de Religión en el centro escolar para recibir ambos Sacramentos. A él le siguió su hermana Lucía, estudiante de segundo de la ESO, también en el mismo centro escolar.

Mons. Martínez, que expresaba al pueblo de Dios congregado su alegría por compartir esa tarde, recordaba a la comunidad de fieles que ser cristiano es una Gracia de Dios. “El Catecismo antiguo, que vosotros seguramente ya no habéis conocido pero que a lo mejor las personas mayores sí, comenzaba siempre con una pregunta: “¿Eres cristiano?”. Y la respuesta era: ‘Soy cristiano por la Gracia de Dios’. Yo quisiera subrayar justamente este hecho esta tarde. Ser cristiano es un regalo. Ser cristiano es una Gracia. Una Gracia que, como dice el Salmo, ‘vale más que la vida’. ¿Sabéis por qué? Porque la vida sin el conocimiento de Dios, al final termina valiendo muy poco”, explicó.

CONTENTOS Y ALEGRES
“Estoy contenta, alegre y feliz de haber hecho esto”, nos cuenta Lucía tras recibir ambos Sacramentos en la parroquia de San Juan María Vianney, y donde tiene intención de continuar con la vida de comunidad parroquial que surja en sus distintos grupos.

También David señalaba estar “contento por recibir el Sacramento y sentirme miembro de la Iglesia”. “No tenía interés sobre la Iglesia, pero a través del colegio, y hablando con mi profesor de Religión, me fue animando y decidí yo recibir el Sacramento”, explicó.

A partir de ahora, ambos van a continuar en contacto con la vida de la comunidad parroquial , en los grupos que surjan y acompañados. Un aspecto –el de estar acompañados- sobre el que nuestro arzobispo al término de la Eucaristía animaba a los confirmandos y a toda la comunidad de fieles a seguir. “Nunca os quedéis solos”, les dijo. “Allí donde estéis, siempre habrá un grupo de cristianos, para estar acompañados en el camino de la vida”, expresó Mons. Martínez con afecto paternal como pastor de este pueblo cristiano en Granada.

CONFIRMACIÓN
La alegría de la llegada de dos miembros más al Pueblo de Dios fue compartida también por los confirmandos que, posteriormente, junto a ellos recibieron “el segundo sello”
–según explicó nuestro arzobispo-, es decir, la confirmación de Dios a la alianza y amor eterno por nosotros, expresado en este Sacramento de la iniciación cristiana. Un amor eterno que nuestro arzobispo explicó a la comunidad de fieles, recordándoselo con una imagen gráfica recogida en el Evangelio: “Hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados”.

“Somos cristianos por la Gracia de Dios y es lo mejor que nos podría haber pasado, justamente el ser cristianos. En la vida de la Iglesia, especialmente en la vida de los Sacramentos de la Iglesia, lo que se comunica es esa vida de Dios que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a sembrar en la tierra; que la sembró con Su propia Vida. Se sembró a Sí mismo en su muerte y en Su Misterio pascual, en Su Triunfo sobre la muerte. Y nos dio su Espíritu y ese Espíritu hace de nosotros hijos de Dios. Nos da un nombre nuevo”, señaló Mons. Martínez.

Paqui Pallarés
Directora de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada