Enrique Canadell nació en Olot, Gerona, el 29 de junio de 1890 en el seno de una familia cristiana, cuyos tres hijos varones fueron sacerdotes. Formó parte del coro parroquial y fue monaguillo cuando niño, e ingresó en la orden de lso Escolapios el 22 de octubre de 1905. Hizo su primera profesión religiosa el 18 de agosto de 1907 y la solemne en 1912. Acabados los estudios, fue ordenado sacerdote en Lérida, el 20 de diciembre de 1913.

Ejerció el ministerio sacerdotal en los colegios de Mataró, Balaguer y en los dos de Barcelona, sobresaliendo no solamente como maestro sino también como predicador celoso del evangelio y difusor de la devoción eucarística.

En julio de 1936 estaba destinado en el colegio de Nuestra Señora de las Escuelas Pías de Barcelona. El día 20 de julio tuvo que dejar el colegio y se refugió en una familia amiga, pero viendo que ponía esta casa en peligro decidió marchar a Olot, logrando un salvoconducto por su condición de maestro y llegando a casa de su hermana con muchas cautelas.

Dedicado a la oración y la lectura, y poniendo su vida en las manos de Dios, permaneció en esta casa hasta que en la noche del 17 de agosto registraron la casa y le interrogaron, y él reconoció que era religioso escolapio. Entonces los milicianos lo llevaron en un coche, lo maltrataron fuertemente para que dijera el paradero de sus hermanos sacerdotes y lo fusilaron en las cercanías de Castellfullit de la Roca, Gerona.

Parece que uno de los milicianos comentó que tuvieron que matarlo enseguida porque los estaba convenciendo. Juan Pablo II le beatificó el 1 de octubre de 1995 en el grupo de 13 escolapios martirizados en diversos días y en varios lugares en 1936.