Fecha de publicación: 12 de abril de 2019

Queridos amigos:

Un año más tenemos la suerte de poder celebrar el acontecimiento central de nuestra fe que ha dado una dimensión nueva a nuestra existencia: el don y la entrega de sí mismo que nos hizo el Señor, muriendo en una cruz como si fuera un malhechor, para mostrarnos su Amor y su fidelidad. En el fondo es una triple entrega: el Hijo se entrega al Padre, el Padre entrega a su Hijo único, y el Padre y el Hijo nos entregan el Espíritu Santo, que nos permite conocer el Amor con que Dios nos ama y nos capacita para amar con un amor semejante al suyo. Nada ni nadie nos podrá separar ya de este Amor.

Con Cristo comenzó la revolución del amor y de la ternura y nosotros estamos convocados a ser testigos y agentes de dicha revolución. Creemos en el triunfo del Amor sobre todas las fuerzas destructoras de este mundo, creemos en la victoria de Cristo sobre la muerte, de la cual somos partícipes y beneficiarios. Porque tenemos los pies en la tierra y no somos ilusos ni estamos ciegos, sabemos que vivimos esta fe rodeados de realidades que parecen contradecir y negar esta verdad. Aparentemente triunfan en nuestro mundo la mentira, la violencia, el odio, el egoísmo, el interés, la iniquidad, pero nosotros estamos convencidos del poder del Amor. Somos conscientes de nuestra fragilidad, pero a la vez somos testigos del poder invencible del amor.

Os ofrezco unas palabras del papa Francisco y del Cardenal Tagle que nos pueden servir de orientación y de aliento a todos los que estamos en Cáritas entregando nuestras vidas al servicio de esta revolución del Amor y la Ternura.

Papa Francisco: «Quien vive la misión de Cáritas no es un simple agente, sino un testigo de Cristo. Una persona que busca a Cristo y se deja buscar por Cristo: una persona que ama con el espíritu de Cristo, el espíritu de la gratuidad, de la entrega. Todas nuestras estrategias y planificaciones están vacías si no llevamos en nosotros ese amor».

Os animo a todos los que trabajáis en los millares de Cáritas parroquiales, diocesanas y nacionales a servir a los demás «en el nombre de Cristo, a quien habéis encontrado y encontraréis en cada hermano y hermana a los que os acercáis. Así se evita limitarse a ser una simple organización humanitaria», como tantas otras que hay en el mundo.

Vuestra actividad «debe encontrar mayor difusión también en las parroquias y comunidades, para renovar lo que sucedió en los primeros tiempos de la Iglesia».

Cardenal Tagle: “Un pequeño gesto, como tenderle la mano a alguien, significa mucho, puesto que toca diferentes niveles de la existencia humana. Este es el gesto que estamos alentando a todos a hacer. Yo tiendo la mano y si una persona se siente sola y aislada, mi gesto es un gesto de solidaridad. Si tiendo la mano y esa persona está herida, podría ser un signo de sanación. Si tiendo la mano y la persona está perdida, podría significar que le ofrezco orientación. Si tiendo la mano y la persona siente que no le importa a nadie, será una señal de amistad. Ese pequeño gesto tiene diferentes significados en las diferentes etapas del camino de vida de las personas.

Cristo tuvo el último gesto de llegar a otros en la cruz. Abrió sus brazos y se vació para recibir la voluntad de Dios. Nosotros no necesariamente tenemos que hacer cosas extraordinarias o extravagantes para hacer una diferencia en la vida de la gente. Los gestos pequeños, sencillos, cuando se hacen con sinceridad, con la luz del entendimiento humano y compasión, pueden hacer cosas extraordinarias”.

Poco puedo yo ya añadir a estas palabras. Si acaso, el agradecer a todos los que con vuestro compromiso y vuestras aportaciones estáis siendo un testimonio callado y humilde pero palpable de ese amor que todo lo renueva. Y, por último, recordar a los sacerdotes y directores de las Cáritas que os toméis en serio el hacer la colecta el día del Jueves Santo, para que podamos seguir adelante con todos nuestros proyectos.

Un abrazo agradecido y ¡Feliz Pascua de Resurrección!

Alfonso Marín

Delegado Episcopal de Caritas Diocesana de Granada.