San Alberto nació en Castel Gualtien, diócesis de Reggio Emilia (Italia), a mediados del siglo XII de una familia noble, de los condes Sabbioneta.

En 1180 fue elegido Prior de los Canónigos Regulares de Santa Cruz de Mortara (Pavía) y posteriormente obispo de la diócesis de Vercelli. Todos acudían a él, sabedores de su prudencia, firmeza e independencia.

El Papa Inocencio III lo nombró Patriarca de Jerusalén y llegó a Palestina a principios de 1206 y fijó su residencia en Accón (San Juan de Acre) porque Jerusalén estaba ocupada por los sarracenos.

Su obra más reconocida fue la entrega de la Regla que lleva su nombre al Carmelo de observancia hasta el día de hoy en sus múltiples ramas.

En 1215, en Accón, mientras participaba San Alberto en una procesión en honor a la Exaltación de la Santa Cruz, fue asesinado a puñaladas por el Maestro del Hospital del Espíritu Santo, al cual había reprendido y depuesto de su cargo a causa de su mala vida.