Siervas de María Ministras de los Enfermos han celebrado esta semana dos efemérides destacadas para la vida de la congregación y para el pueblo de Dios.

Por un lado, la apertura del Año Jubilar con motivo del centenario del fallecimiento de la Beata Mª Catalina, el pasado 10 de octubre. Al día siguiente, el 11 de octubre, la comunidad de hermanas y fieles en general que quisieron sumarse compartieron la fiesta de su fundadora, Santa María Soledad Torres Acosta, con la Eucaristía que presidió Mons. Javier Martínez. La Santa Misa tuvo lugar en la capilla de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, en la que concelebró su capellán D. Mario Camacho. Junto al altar presidió la reliquia de la santa fundadora.

Mons. Martínez expresó su agradecimiento en nombre de toda la Diócesis y el pueblo cristiano por la tarea que Siervas de María Ministras de los Enfermos llevan a cabo, ayudando, atendiendo y acompañando a enfermos y familiares, en la dura prueba de la enfermedad, aportando esperanza y consuelo, especialmente en los momentos duros en los que el cansancio y el abatimiento por la enfermedad prevalecen.

Nuestro Arzobispo, que recordaba los momentos en que siendo niño y estudiando en el Seminario de Madrid conoció a las Siervas de María, y a lo largo de su vida sacerdotal y personal, expresó su gratitud ampliamente a la comunidad de las Ministras de los Enfermos.

En su homilía, Mons. Martínez recordó que el gesto de amor verdadero es aquel que “es un signo de Dios, participa del Ser de Dios”. Asimismo, pidió a Dios para que “sepamos reconocer los signos de su Presencia”. “Todo pasa y sólo hay tres cosas que permanecen en la vida: la fe, la esperanza, el amor. Y la más grande de las tres es el amor”, subrayó, al mismo tiempo que insistió en que “lo único que va a permanecer es la fe” que a lo largo del tiempo y con las personas que el Seños ha puesto en la vida “hayas podido transmitir”, es decir, “la certeza de la Presencia y la compañía del Señor”.

La celebración en la fiesta de la fundadora de las Siervas de María tuvo lugar el mismo día, el pasado 11 de octubre, en que el Vaticano anunció la aprobación del Decreto de Venerable de otra Sierva de María, Madre Soledad Sanjurgo de las Antillas (Puerto Rico).

Paqui Pallarés