Desde ayer jueves, 23 de septiembre, con la lectura pública del Decreto del Sr. Arzobispo, ha quedado constituida la comisión que, en su fase diocesana, estudiará una posible causa de canonización de la Sierva de Dios Rosario Granados. Tras la invocación al Espíritu Santo, para que estos trabajos diocesanos sean guiados para la santidad, los miembros de esta Comisión en su fase diocesana prestaron juramento en la labor que, a partir de ahora, llevarán a cabo, para investigar la fama de santidad y virtudes de la Sierva de Dios, de gran devoción popular ya en Chauchina y provincia.

En esta Comisión forman parte el Delegado diocesano para las Causas de los Santos, D. Eduardo García, así como el Promotor de Justicia, el sacerdote D. Pau Codina, y la notario, Dª Valentina Gobbo. Ante el Pueblo de Dios congregado para participar en la Eucaristía y en el acto de apertura de la fase diocesana, todos ellos prestaron juramento.

EUCARISTÍA
Previamente a este acto, en el que la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora del Espino Coronada ha sido parte actora en la causa, el Vicario General, D. Francisco Javier Espigares Flores, en representación del arzobispo D. Javier Martínez, presidió la Eucaristía, con la que dicha Hermandad daba también por concluidos los cultos en honor a su patrona. Una apertura diocesana que coincide asimismo con el centenario del fallecimiento de la Sierva de Dios, Rosario Granados.

D. Francisco Javier Espigares trasladó el afecto caluroso del arzobispo, cuyo deseo “de iniciar esta causa de canonización era grande desde hace muchos años, porque veía una mujer sencilla, de fe, de piedad, de sufrimiento, que tuvo la gracia de Dios de perdonar al asesino de su hijo y la gracia de la sanación de la mano de la Virgen”, explicó el Vicario General.

A la Eucaristía y acto de apertura de la fase diocesana asistió también el postulador de la Causa, D. Francisco Tejerizo, quien dio lectura a la biografía de la Sierva de Dios y de la solicitud para que sea estudiada su fama de santidad y un día pueda ser reconocida por la Iglesia como beata o santa.

En su homilía, el Vicario General habló de Rosario Granados y de la santidad a la que todos estamos llamados, porque “la santidad es para todos, no para héroes o semihéroes”, afirmó. “Que nos adentremos en ese misterio de santidad con el que Dios quiere iluminar nuestra vida y el mundo”.

Rosario Granados es conocida como “vidente” de Nuestra Señora del Espino, en el pueblo granadino de Chauchina, cuando un Lunes Santo de 1906 se le apareció la Virgen que le curó las llagas que padecía y desprendían un mal olor, lo que le obligaba a estar sola y alejada de la gente. Asimismo, la fama de santidad de Rosario Granados llegó por el perdón que otorgó al asesino de su hijo, que murió apuñalado, “como la Virgen perdonó a los verdugos de su Hijo”, afirmó entonces.

Los restos mortales de la Sierva de Dios Rosario Granados se encuentran en una pequeña cripta, junto al camarín de la Virgen del Espino.

Paqui Pallarés